viernes, 13 de febrero de 2009

vuelta a Perú camino de Paraguay

Por algún azar, la vida me devolvió al Perú aunque fue muy poquito tiempo y sólo estuve en Lima. Fueron diez días trabajando con la delegada regional del área andina de la Fundación para la que trabajo desde Enero en un proyecto de desarrollo: prevención de drogodependencias y riesgos piscosociales. Al bajar del avión, mi corazón latía con fuerza. Hacía calor y en Madrid estaba nevando. Sonreí al verano limeño y a las expresiones familiares. Daba pena estar tan cerca de Cusco y no tener tiempo para ir a ver a las estrellas pero vi a Waldir en su camino hacia España y pude tenerlo entre los brazos y ser testigo de su maravilloso cambio. Fueron días de oficina pero tambien de playa, actos culturales, charloteo con los amigos y, aunque me faltó un hermano que andaba por España, vi a Claudia y a Emanuele, a Pablo y a Nieves. Me voy a Paraguay con toda la incertidumbre del mundo y con pena de dejar Perú. No sé que me espera allá y sé muy poquito de esa isla rodeada de tierra (como sintetizó Augusto Roa Bastos antes de morir) pero me siento viva pensando en descubrir una terra incognita de guaraníes. He leído que Paraguay, ausente del escenario mundial desde hace casi sesenta años, tiene una de las mayores concentración de tierra en menos manos y la corrupción campa a sus anchas. Es el 14 de Febrero y vuelo hacia ese pedazo de tierra colorada en el corazón de América del Sur...