A veces la vida no te encaja. Eres como una pieza del puzzle que se ha perdido bajo la mesa camilla y no consigues encontrar. No se que pieza es. Quizás, azul. Un acabado de un cielo o el mar. Quizas lleve mucho tiempo alejada del mar y sea el momento de volver. Cualquiera sabe si no será marron como las montañas o verde como los bosques o tal vez gris como la ciudad. Lo malo es que no se cómo encontrarla. Ni pastillas ni terapia creo que me ayuden. Sólo pensar en mi interior. Me quiero ir lejos pero creo que sería escapar y me iría con las maletas llenas de problemas. No. Por ahora me quedo en Madrid y me mudo a un barrio más acorde con mi estado de ánimo y a una casa más minimalista. No tiene ni lavadora. Ayer monté la cama y el armario. Mi compañera de piso es Alicia, una actriz gaditana con una energía positiva que me conmueve. Es adorable. En malasaña se respira vida. Así que hoy he decidido empezar a quererme, no recrearme más en mi tristeza y comenzar a sonreir. Así, sonriendo como una boba, quizás consiga terminar el puzzle de mi anómala vida.