miércoles, 13 de agosto de 2008

Me voy pa Cádiz

Cuando estás triste te da pena todo. Es muy curioso: la tristeza atrae a la tristeza irremediablemente. Hoy bajé al metro y me dió pena el hijo gordito de una yonki. El pobre andaba hinflando un globo rojo mientras su madre se peleaba con su amigo desdentado. Ambos con sudor frío en la frente, se han vuelto a la vez y le han dicho al niño (en un acto mecánico de deesperación y al unísono) "niñooo deja ya de jodeer con el globitooo" . Me voy deprimida de la escena y me meto en otro vagón sorteando gente. Observo a un subsahariano leyendo en voz alta un libro en castellano sin enterarse de lo que lee y ha cerrado el libro con cara de enfado. Después había un asiento libre y me he sentado al lado de una guapisima niña rumana de trece años que me da conversación. Me dice que en Londres se sentía blanca pero que aca se siente negra pues la gente la mira mal. Ella quiere ser policía de mayor. Al salir de la boca del metro ví a una viejita asomada al balcón mirando la calle con resignación seguramente porque sus hijos no vienen a verla otro día más y en el fondo no es el niño, ni el subsahariano, ni la adolescente rumana, ni siquiera la viejita, soy yo que no sé que me ocurre...tengo definitivamente un día rojo..pero cuántos van ya desde que volví del Perú? entonces pienso...me voy pa Cádiz!

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