domingo, 30 de marzo de 2008

Libertad




Ya se han ido Alejandro, Marta, Manu y Uco de mi lado, las últimas visitas en el Q'osco, mi ciudad adoptiva de estos últimos 20 meses. Ando haciendo la mochila, despidiéndome con pena de la gentita, enviando cosas a España por barco y desmantelando mi casa en Purgatorio. Estoy triste de dejar esta ciudad que me ha acogido tan bien y me ha dado tantos buenos momentos. Echaré de menos sus calles empedradas y las mamitas vendiendo choclo con queso, el bullicio de la plaza de armas, las noches de San Blas con los mojitos de Walter, la maravillosa voz de Mayte y el piano de Michelle, la risa de los niños de Chaskawasy, las enormes piedras Incas de Sacsahuaman y los Apus que nos observaban cercanos a todos los moradores de este ombligo del mundo. También extrañaré la selva del Manu con sus ríos y cielo de estrellas mágicos. Pero a su vez ando contenta (siempre esquizoide por mi signo geminiano) de partir hacia lo desconocido, hacia parajes naturales o ciudades perdidas. No llevo mapa ni guía ni apenas dirección alguna. Sólo quiero meterme en mis pensamientos y en lugares poco comunes, observar y sentir la libertad absoluta de comer sólo cuando tenga hambre y dormir cuando tenga sueño, como una niña pequeña. Este es uno de los sueños de mi vida, llegar a Tierra de Fuego. Ya mis alas se agitan sin cesar guiñandome en la espalda. Mi primera parada será el Salar de Uyuni y de ahí pasaré al desierto de San Pedro de Atacama en Chile o quizás no, en realidad no tengo plan. Creo que voy a guiarme por mi intuición y las estrellas. La libertad absoluta está en la carretera o si no, preguntad a mis amigos Pablo y a Ana que estan dando la vuelta al mundo en diez años. Hay que agarrar los sueños, para ello sólo hay que estirar los brazos y cogerlos...

No hay comentarios: