sábado, 12 de abril de 2008

A Santiago de Chile

Volvimos con los israelitas a San Pedro de Atacama y se vinieron todos a mi hotel así que la pasamos tumbados en las hamacas leyendo, en internet y llevando ropa a la lavandería. Me dediqué a recorrer el pintoresco pueblo y a saludar a la gente que conocía de la otra vez. Amit, Erez, Nil, Ido y Adi fueron estupendos conmigo. He de reconocer que al principio tuve mis reservas con ellos y eso no me convierte en racista pero he visto muchos grupos de israelitas en Cusco y nunca se mezclan con la gente. Ellos eran distintos pues estos judíos alegres me acogieron desde el primer momento, cuidaron y me prepararon una cena a base de ensalada y Shakshuka, un plato típico de Israel. Salen del ejército después de años alli metidos y se dedican a viajar. Muchos de ellos trabajaban con hijos de inmigrantes y eran muy muy divertidos. Amit era literalmente igual a Borat que por cierto es judío. La despedida, en medio de un partido del Barsa y un equipo aleman dònde iban ganando los primeros, fue triste pues además de despedirme del grupo, Oscar, un chileno parecido a Achero Mañas me había birlado el corazón.Cogí mi mochila y me subí al autobus que me llevaría a Santiago de Chile y cuyo viaje duraría 23 horas. A las cuatro de la mañana se rompió el bus y tuvimos que esperar en medio del desierto con mucho frío para hacer transbordo pero hubo suerte y al final el viaje duró 25 horas. Llegué a Santiago de Chile rota y resfriada pero contenta al ver a Jorge, mi colega vasco, esperando en la estación. Jorge es un psicòlogo que habìa sido voluntario en el Hogar de las Estrellas y me iba a alojar en su casa en la comuna de Maipu...

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